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Chica Dark se va a Francia otra vez. Dice que ahora no irá específicamente a París, que ese es un cliché que ya disfrutó mucho pero que hay más lugares qué visitar, como… ya saben, esos. Francia es un país muy grande, y además tiene una forma de bota muy bonita…

Ok, no se nada de Francia, no me juzguen. Ay, esas muchachas. Nomás ven Amelie y luego Persépolis y ya se quieren ir de viaje. Yo vi Alien y no por eso me quise ir al espacio. Yo vi Hostal y no quise torturar personas a cambio de dinero (bueno, si).

En fin, que en mi casa ya tampoco me quieren. Dice mi mamá que tengo que volar fuera del nido, trabajar y pagar la renta. Me deseó suerte, me persignó, me dio un besó en la frente y me sacó de la casa con una patada en el culo. Me arrojó a la cara todos mis posters de tenistas guapas y me cerró la puerta en la cara.

Ok, no siento rencor. La entiendo. Necesita su espacio, reflexionar sobre su vida madura, ver el canal Utilísima y meter señores por la noche. Es lo que yo haría en su lugar. Aunque sin la menopausia. O bueno, si, con ella, para el frío.

Como sea. Es tiempo de grandes cambios en mi vida. Cambios. Como aquella bella canción de David Bowie. Como aquella horrible canción que sale en Toy Story uno cuando el baquerillo siente celos de buzz. Pero no es hora de deprimirse, hay que mantener la frente en alto, permanecer erecto y buscar una vida. O una chica que me mantenga. O ya de perdida un perro…

Ok, iré a vivir con Pancho.